Estar casado no es sinónimo de tener un matrimonio

Por: Lennin Javier Piña 14 de septiembre del 2022

En la sociedad se suele usar de manera indistinta la palabra “Casado” y “matrimoniado” como sinónimos, estos conceptos son válidos y aplicables también a aquellos que viven en concubinato, unión libre, y cualquier otra connotación que se aplique según el país o región.

La palabra matrimonio es una terminología muy amplia y compleja, que exige mucho más que un simple dote social, condición legal o coyuntura cultural. Basado en lecturas, experiencias vividas y observaciones en uniones de terceros, además de una que otra charla de los “expertos” en terapias de parejas y demás consejeros he llegado a atreverme a plantear algunas ideas fundamentales de lo que significa un verdadero matrimonio. Detallar estas ideas y ponerlas en contraste con lo que es estas casado.

Estar casado es un compromiso social, moral; comúnmente se deja en el mero hecho del evento: un acta o registro civil, en cambio el matrimonio implica una entrega y una decisión de seguir ciertas pautas que permitan el éxito de la unión de las dos personas involucradas y el regocijo de disfrutar el camino que se construye. A continuación, comparto tres principios que considero necesarios para considerarse dentro un matrimonio.

Principio No. 1 – El matrimonio es un sacramento:

Un sacramento es un signo eficaz que demuestra la presencia de un ser supremo (Dios). Visto desde este punto de vista podría entenderse que el matrimonio solo es aprobado o valido si la unión está avalada por alguna religión, sin embargo, en mi punto de vista considero que el sacramento más allá de la aprobación o no religiosa tiene razones vivenciales, donde se asigna de manera tacita compromisos, derechos y deberes que van más allá de lo sublime para las personas que lo contraen.

Dentro de un matrimonio visto como sacramento, las personas involucradas sustentan su unión y convivencia en el “Don” concedido con el hecho de haberse unido, entienden que el estar juntos y convivir implica un constante análisis, revisión interna y meditación para poder sobrellevar todas las situaciones que se presenten. Entendiendo que la clave de la unión sobre todas las cosas es el “Amor”.

Principio No.2 – El matrimonio es una empresa:

Cuando se concibe el matrimonio como una empresa se tiene en cuenta sobre todo que el objetivo de la unión es una entidad donde se invierte un capital, se realizan producciones para obtener un producto, resultado o ganancia.

Desde esta perspectiva los individuos invierten un capital que no necesariamente es económico (aunque también está involucrado), el capital mayor a invertir es la energía de vida y el tiempo; la vida misma que se dedica a estar con una persona con la que debemos generar productividad y ganancias. Así como la empresa tiene socios y accionistas cada uno tiene un rol preciso dentro de la sociedad, incluso de estos roles y de las inversiones iniciales y durante el proceso depende también la retribución de los resultados obtenidos.

Dentro del matrimonio visto como empresa pasa de manera similar, debe existir un proyecto en común, ambos deben estar en sintonía, en busca de objetivos que previamente han sido consensuados y donde se ha acordado la inversión de cada una de las partes y los compromisos a asumir. La energía invertida considerada como capital debe determinar las proporciones de las retribuciones obtenidas a lo largo del camino. Así como una empresa no puede prosperar si los accionistas tienen sus propios proyectos al margen, dentro del matrimonio este es el peligro principal que llevaría a la quiebra.

Este principio es tal vez el mas abarcador de todos y posiblemente se presta a muchas interpretaciones, incluso en lo relacionado con la inversión de capital económico. Las finanzas son tal vez el punto mas critico en una convivencia entre dos personas, y es evidente notar que cuando este principio no se asume de manera justa y humana, cuando prevalecen mas los individualismos y los prejuicios sociales de poder y debilidad el matrimonio al igual que cualquier empresa va a la quiebra.

Como observación final, al igual que existen empresas “operando” durante mucho tiempo e internamente están en quiebra, sucede lo mismo con los matrimonios.

Principio No.3 – El matrimonio es una complicidad entre dos personas

En lo personal considero que la complicidad es una condición sine-qua-non para que exista un matrimonio, la complicidad implica ese sentido de defenderse uno al otro sobre todas las cosas y sobre todo el mundo. Esta acción de complicidad se afianza en dos valores fundamentales: confianza y comunicación.

La complicidad entre dos personas unidas se fortalece con el sentido de pertenencia y de sinergia de par. Entender que lo mas importante es el compañero. Conocer, compartir, defender, hasta apoyar algunas cosas que tal vez puedan ser cuestionables ante terceros.

El principio de complicidad es un nivel que realmente denota una dinámica verdaderamente excitante y exitosa en el matrimonio. Conocer a cabalidad los detalles de la persona con quien se convive, sus intereses, sus vivencias, sus situaciones requiere de constantes ejercicios de comunicación, esto fortalece la confianza y la integración de la pareja. Solo los matrimonios más poderosos actúan en complicidad.

Bien lo dice Juan Trigo: “Para mi hay una palabra que define cunado un hombre y una mujer logran llegar juntos al paraíso y quedarse ahí: Cómplices

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